¿Cómo son los hombres

según su signo?

Seductores, indiferentes, cariñosos, mentirosos, apasionados... Conocé qué dicen los astros sobre la personalidad de tu chico. Además, tips para enamorarlos, entenderlos y disfrutar de a dos.



El Hombre de Aries. Los hombres Aries están llenos ideas y energía creativa. Mantenerse a su altura puede ser agotador, pero vale más que lo hagas, mentalmente por lo menos. Cuando se trata de amor, su actitud desaprensiva es asombrosa. Se embarcará en una aventura, con la total seguridad de que es el único amor verdadero, casi de una manera épica, solo comparable con el amor de Romeo y Julieta. Si la relación se rompe, el juntará los pedazos y heroicamente tratará de salvar el difunto romance. Si es irreparable, empezará todo de nuevo, con una nueva Julieta, como si fuera la primerísima vez. Por más errores sentimentales que haya cometido, el Ariano está seguro de que su verdadero amor, su alma gemela, está esperándolo en su próxima conquista. Y a menos que seas una mujer de Escorpio, el  hombre de Aries es tan apasionado como pudiera soñarlo cualquier mujer. No es mucho lo que deja por desear.
El varón  de Aries espera que la mujer de sus sueños sea al mismo tiempo ultra femenina y desenvuelta. La quiere completamente independiente, pero dispuesta a marchar unos pasos detrás de él. Espera que lo elogies y le demuestres devoción, pero sin entrar jamás en el papel de humilde esclava. Si todavía tenés ganas de saber de más de un Ariano… ¡Seguramente sos una mujer muy valiente! Se trata de alcanzar un punto medio. Y si lo encontrás, pensá que algún día serás la única Julieta de pelo blanco, con un marido que seguirá siendo súper cariñoso cuando se hayan cumplido sus bodas de oro. Es todo un desafío, si sos romántica... ¡Y claro que lo sos! Porque si no, para empezar, no te habrías metido con un Aries.
 
El Hombre de Tauro. El hombre de Tauro puede tardar mucho tiempo en decidir si te quiere como mujer. No será él quien se arroje con un salto olímpico a la pileta del romance, sin antes ver que haya agua en la que nadar. Pero una vez que haya llegado a la decisión de que sos vos, y una vez que su objetivo sea conquistarte, hará que el más romántico parezca un aficionado. Puede incluso avergonzar a un Leonino flechado y al apasionado Escorpio. Tu sensato, lento, práctico y decidido hombre de Tauro es capaz de enviarte todos los días una rosa roja hasta que te rindas a su insistencia... Para casarte, o para lo que fuere. Incluso, te puede escribir una carta de amor  y enviártela tímidamente, sin firmarla, seguro de que vos sabrás quien la manda. Como enamorado, Tauro es tierno, suave y protector. Su naturaleza sensual le hará sensible a tus perfumes, a la suavidad de tu piel y al brillo de tu pelo. Es posible que no te lo diga directamente, pero encontrará la forma de hacerte llegar el mensaje. En el Toro, el sentido del tacto es una cosa concreta. Ningún Tauro aguantará a una mujer gritona y masculina, que haga restallar el látigo como un domador. Si tenés opiniones bien definidas, no se las impongas ni te jactes de ellas en público. En privado, Tauro respeta a la mujer inteligente (aunque para él tiene más valor el simple sentido común). Tauro da  una lealtad y una dedicación perdurables, con un corazón fiel; y todo eso significa seguridad afectiva. Si a eso se une la seguridad financiera y el espíritu romántico, no tenés nada más que pedir. Estamos de acuerdo en que es obstinado, pero también busca una estabilidad, para conseguirla hay que tener paciencia, y la paciencia es una virtud rara.
 
El Hombre de Géminis. Al  hombre típico de Géminis le gusta la gente; cuanta más gente hay, mas contento está. Es raro el Geminiano que no sea el primero en generar una conversación. Tiene un gusto exquisito, es abundante en comentarios ingeniosos y sus halagos son obras maestras de cálida sinceridad. Con su habitual e impecable dominio de los modales y su instinto social, es quien mantiene una reunión,  en más de un sentido. Si llegás a conocerlo en una reunión social donde él esté representando su fascinante acto de las personalidades múltiples, no tenés salvación: quedarás convencida de que es el hombre más atractivo, interesante e inteligente que hayas encontrado jamás. Seguramente en la primer cita las horas pasarán en un abrir y cerrar de ojos, mientras conversan, te reís de sus ingeniosos chistes y te derretís bajo su encanto cálido y alegre. Èl  te dirá “te quiero” de cien maneras diferentes, como no podría hacerlo nadie más en el mundo. Al día siguiente te llamará por teléfono para cancelar la cita que tenían  sin ningún motivo aparente… Y vos vas a empezar a imaginarte toda clase de cosas. ¿Hablaba en broma cuando dijo que me quería? ¿Estará saliendo con otra? ¿Tendrá algún problema? Una semana después, Géminis reaparece, ¡como si nada!
Si sobrevivís a esas primera experiencia, con Géminis el amor es fácil y divertido, siempre que no trates de aproximarte demasiado. Hay un núcleo íntimo que sólo le pertenece a él, que jamás compartirá con otro ser humano, ni siquiera con vos. No te rebeles contra su versatilidad; mantenete alerta, interesate tanto por la vida como él. De otra manera, tu amor podría no ser más que una de esas cosas por las que pierde rápidamente el interés. El hombre de géminis  busca, por encima de todo, una mujer mental que esté a la altura de su ingenio, y que incluso pueda superarle de vez en cuando, porque no es egoísta. Es muy realista y disfruta de los desafíos mentales.
 
El Hombre de Cáncer. El hombre Cáncer puede ser alocado y voluble, pero también es capaz de lealtad y sensibilidad. Sin previo aviso, ese ceño fruncido puede ceder el paso a una sonrisa. Sus ásperas quejas y sus modos gruñones van suavizándose lentamente hasta convertirse en un tono de ternura, un segundo antes de que le sacuda una risa profunda, o se sofoque en el intento de ahogarla. Cuando esté triste y pensativo te sentirás impulsada a abrazarlo para calmar su melancolía. Cuando exhiba su agudeza intuitiva, te quedarás mirándolo con admiración. Su cautela te impresionará y te deprimirá su pesimismo.
¿Qué hacer con un hombre así? ¡Solo tratar de entenderlo! No es que tenga una personalidad cambiante, son simplemente caprichos que atraviesan su conciencia, que hoy están y mañana han desaparecido. Tanto entre esos cambios anímicos como durante el tiempo que cada uno de ellos dura. Tratá siempre de recordar que aunque sus modales puedan ser rudos y distantes su corazón siempre es tierno y afectuoso, y tan desbordante de sentimiento, que es la causa de que a veces se sienta vulnerable. Entonces se retira dentro de su caparazón, para protegerse por un tiempo de sus propias emociones. Pensarás que es un verdadero cangrejo, y estarás pronta a abandonar cuando se refugie en un silencio ofendido.
Si te has enamorado del típico hombre Cáncer, vas a tener que hacerte amiga de la madre y ser su rival al mismo tiempo que la cubrís de atenciones. No es fácil cultivar una amistad a la vez que se compite, pero es la estrategia que tendrás que usar. Jamás dejes que ella tome la delantera como cocinera y ama de casa. Asegurate malcriarlo por lo menos tanto como lo malcría ella, que seguramente es bastante. Es probable que él haya crecido acostumbrado a ser la luz sus ojos. Por eso, siempre tenelo en cuenta, preparale una rica comida, atendelo y no te separes de él cuando esté enfermo. Aunque ellos jamás lo admitirán, a los hombres de Cáncer les encanta que las mujeres los cuiden y los mimen.
 
El Hombre de Leo. Para el hombre de Leo es cuestión de adoración o muerte, y podés tomarlo bastante al pie de la letra. Los hombres de este signo rara vez ahorran gastos en el proceso de seducción: te llevará a los mejores restaurantes, te llenará de flores y perfumes, orgullosamente escoltada por él irás al teatro. A decir verdad: para resistirte, tendrías que tener el corazón de piedra. Es posible que a esta altura estés pensando que te sacaste la lotería.
Pero, ¡pensalo bien! Un romance con un leonino no está del todo libre de complicaciones. Leo te invitará a su palacio y te dará calor  junto al hogar de su gran corazón, pero la guarida del León puede convertirse en una prisión, confortable y lujosa. ¿Es celoso? La respuesta es ¡SI!, y ya podés ir haciendo un gran letrero de neón para no olvidarlo. Vos le perteneces, en cuerpo, alma y mente. Él te dirá qué tenés que ponerte, de qué lado tenés hacerte la raya del pelo, qué libros leer, qué amigos son los que más te convienen y cuál es la mejor forma de organizar tu día. El, a cambio, será tan tierno y de buen corazón como el rey Arturo, siempre que dejes que toda la familia gire en torno de él. Si cuenta con el respeto que él exige, Leo te retribuirá con una generosidad sin límites. Es posible que te repita una y otra vez lo linda que sos y  que te haga regalos dignos de una reina.
Preparate también para equilibrar su histriónico entusiasmo con la calma del razonamiento, y para calmarlo cuando agrande los problemas hasta llevarlos a dimensiones épicas. Leo necesita de tu estabilidad como contrapeso para su orgullo irracional y, si vos no la tenés, este amor puede convertirse en una batalla sin pausa.
Si pensás en una relación duradera -y  si no tenés  inconveniente en postergar tu ego y en construir tu vida en torno a la de él- una vez que lo hayas domado contarás con la adoración de un hombre realmente contenedor  y jamás volverás a sentirte sola.
 
El Hombre de Virgo. Es un hombre que vive casi por completo en un nivel material y práctico y que no ve mucho sentido en las abstracciones. Tendrás que hacer un gran esfuerzo para llevarlo hasta algún lugar que se aproxime al umbral de una relación. No es de los que irán a cantar serenatas bajo tu ventana; tendrás una larga y solitaria espera en tu balcón iluminado por la luna hasta que él se decida a trepar por la enredadera. A la hora del amor, Virgo busca calidad, no cantidad. Y como la calidad es su prioridad, tienen muy pocas situaciones amorosas auténticas, y las pocas que tienen están, con frecuencia, teñidas de sacrificio o alguna forma en la que sienta que es útil para la otra persona. La reacción de Virgo ante una decepción es, normalmente, sumergirse en el trabajo más difícil que encuentre. Ya ves que tendrás que valerte de una estrategia y una paciencia considerables. El instinto básico de Virgo es la castidad, y de el sólo se aparta por una buena causa o por una auténtica mujer. El hombre de Virgo es invariablemente bondadoso y considerado con todas las pequeñas cosas que tanta importancia tienen para las mujeres. Tiene una memoria clara como un cristal y probablemente no se olvidará de las fechas especiales, aunque tal vez no entienda del todo por qué para vos son tan importantes. Si pusiste tu corazón en un hombre Virgo, será mejor que te esfuerces por mantenerte ágil mentalmente, le enferman la ignorancia, la estupidez y el pensamiento mediocre, casi tanto como la suciedad y lo vulgar. Más vale que la chica que haya atrapado un corazón de Virgo se vista con elegancia y tenga un cerebro bien perceptible bajo su prolijo  peinado. Le gustan las mujeres limpias de cuerpo y alma; que se vistan bien, pero que no vivan pendientes de la moda. Hacete a la idea de que él te criticará, y no le des importancia: Virgo no puede dejar de buscarle la quinta pata al gato. Una vez que hayas dejado de resentirte por eso, podrás relajarte y disfrutar realmente de tu leal e inteligente compañero. No es un ángel, no verás que le broten alas en los hombros. Pero muchas mujeres se sentirán envidiosas de vos.
 
El Hombre de Libra. Para el hombre de  Libra, tomar una decisión no es tarea fácil, casi tanto como domar un jabalí salvaje. Y una vez que la toma, si sospecha que cometió un error, puede cambiarla sin previo aviso. La palabra amor y la palabra Libra son prácticamente sinónimos. Libra inventó el romance y lo refinó hasta convertirlo en un arte. El hombre de Libra aborrece la confusión y realmente necesita armonía para mantener su estabilidad. Su hogar debe ser un bello oasis tranquilo que lo aísle de la ruidosa discordia del mundo exterior, para que su balanza esté permanentemente desequilibrada. Como él rara vez indaga en los motivos, vos vas a tener que ser lo bastante despierta como para adivinar por qué nunca está en casa, o por qué -cuando está- se pasa todo el tiempo durmiendo. Recordá que la introspección no es su fuerte, de modo que el analista tenés que ser vos. Jamás sospechará que su desdicha tiene su origen en el hecho de verte con la cara llena de cremas o a los chicos encastrados con dulce de leche. Si estás enamorada de un Libra, y segura de que las cosas tienen que ser así, adelante: andá y proponele todo lo que quieras proponerle, incluso el matrimonio. Se sentirá aliviado de que vos tomes la iniciativa. Pero tené cuidado con esa veta de perversidad que lo lleva a dejarte decidir a vos y después, cuando las cosas no marchan bien, señalarte alegremente: “vos tomaste la decisión, no yo”. Si no estás segura de que sabés lo que hacés, la discusión no terminará nunca. No hay más que una manera de empezar con él. Decile: “sí, yo lo decidí, porque si dejaba que lo hicieras vos, todavía estaríamos ahí parados en la esquina bajo la lluvia, diciéndonos "te amo", y los dos muriéndonos de neumonía”. Te lo discutirá, naturalmente, pero un momento antes –o después– de que le partas la sartén en la cabeza, te sonreirá, con aire despreocupado... Y ahí estarás de nuevo bajo el farol, en la lluvia, diciéndole “Te amo” una vez más. El romance renacerá, lo que en definitiva es lo que te motiva a estar con un hombre de Libra.

El Hombre de Escorpio. Si te enamoraste de un hombre de Escorpio, y la palabra pasión te da miedo, ponete unas zapatillas cómodas  y escapá como si te persiguiera un dragón, porque Escorpio lo es.
El hombre de Escorpio te dejará perpleja con sus dos rasgos característicos: la pasión y la razón. Tiene dominio sobre ambos ya que su signo está igualmente regido por el intelecto y las emociones. Escorpio es algo más que inteligente, y si es un espécimen muy evolucionado, tiene también una profunda veta filosófica que le lleva a indagar en los misterios de la existencia y a acercarse mucho a las respuestas.  Normalmente, se rodeará de lujos y tenderá a los excesos: en la comida, las drogas, la bebida y, sí, también en el amor. Con toda seguridad ya que su confianza lo lleva a eso: jamás un romance lo asustará, lo intrigará o lo tomará desprevenido. Tal vez necesites un tiempo para adaptarte a su personalidad, pero en última instancia, te hace más fuerte. Si sos demasiado sensible, siempre estarás llena de “moretones”. Jamás le pidas su opinión sobre un vestido o un peinado nuevo, a menos que estés preparada para escuchar un comentario ácido. Pero por lo menos sabrás que cuando te haga un comentario positivo es sincero, no el fruto de un falso y aburrido intento de halagarte. No te servirá de mucho intentar resistirte a este hombre una vez que la llama se haya encendido y él tenga decidido que seas suya; te hipnotizará a pesar de tu determinación para impedirlo. El magnetismo de los hombres de Escorpio es casi infalible. Cuando se enamora, puede ser el tipo de hombre que entiende profundamente a  su mujer y  se mostrará tierno, benévolo y considerado y recompensará su lealtad con esa forma de amor que la mayoría de las mujeres sólo conocen porque la han leído en los libros y que viven añorando.
 
El Hombre de Sagitario. El hombre de Sagitario vive su vida romántica en un nivel superficial, pero lo plantea con sinceridad. Tiende a buscar relaciones frívolas, que a veces lo son en tal medida, que hasta se convierten en promiscuas. No es raro que las mujeres interpreten mal la actitud de Sagitario y piensen que la relación es más seria de lo que en realidad es; eso mismo produce a veces la impresión de que lo que él busca es una relación turbia, cuando en realidad solo quiere conseguir una amistad superficial, no física, o simplemente una mujer que sea buena compañera. Parece que en ambos sentidos él  pierde. Pero como tiene suerte, de la mayoría de sus líos sale bien parado. No seas celosa, no seas desconfiada. Dale mucha, mucha soga si querés terminar por colgarlo. No le hagas preguntas, ni llores, ni lo acoses, ni lo amenaces con dejarlo... Ahogalo con la libertad, imaginate lo grato que puede ser eso para él. Si te tomás la vida con el mismo ánimo con que se la toma él, y a la gente tal como es, reunís los requisitos básicos para ser la mujer/esposa que él necesita. El Sagitariano piensa con el corazón (no solo con la cabeza) y no siempre será prudente; a veces demostrará un valor temerario. Es posible que sea un poco derrochón, y que de vez en cuando le atraiga algún juego de azar, pero el mismo impulso le hará ser generoso cuando se trata de darte dinero para gastos. Tropezará, se caerá, volverá a levantarse y a intentarlo de nuevo. Pero vos le vas a perdonar casi cualquier cosa, porque dará a tu corazón la satisfacción de un don muy grande: un amor sincero.
 
El Hombre de Capricornio. El hombre de Capricornio hace como si pudiera vivir sin halagos, y la forma en que reacciona cuando se le dice un halago es una prueba bastante convincente. ¿Alguna vez le dijiste algo agradable a tu Capricorniano y te decepcionaste al ver su cara inexpresiva? No te apresures. El hecho de que la especialidad de él sea el autoengaño no significa que vos también tengas que dejarte engañar. En realidad, necesita desesperadamente que le digan que es bueno, inteligente, buen mozo, deseable e interesante. Por eso, es posible que sea un poquito torpe y no sepa qué hacer cuando alguien le expresa abiertamente que lo admira, de modo que disimula su incomodidad haciendo algún chiste retorcido o ignorando el cumplido. Como Capricornio casi siempre se pone un poco nervioso en presencia del sexo opuesto, por ahí habrá alguno que insinúe torpemente situaciones ambivalentes, intente alguna indirecta o se muestre áspero, duro e insensible. No es más que su manera de demostrar seguridad, una manera típica de disimular su timidez y curiosidad ante las pasiones. En la mayoría de los casos, el matrimonio de Capricornio es sólido, pero si él se da cuenta de que se ha equivocado se irá sin pérdida de tiempo, sin darle una segunda oportunidad a su mujer. Capricornio detesta el divorcio, de manera que esta actitud no es muy frecuente, pero cuando sucede, es definitiva. Es un hombre recio, pero de corazón tierno. Después de haber cortado la leña para el hogar, se sentará con vos junto a él, teniéndote tiernamente de la mano. Y por más canas, kilos de más o arrugas que te vaya sumando el correr del tiempo, para él serás siempre aquella muchacha que consiguió hacerle decir: “te amo”. Y si te detenés a pensarlo, ¿qué necesidad hay de que te lo repita una y otra vez? Cuando dura tanto tiempo, con una vez basta.
 
El Hombre de Acuario. A un hombre de Acuario no le gusta revelar sus auténticos sentimientos, aunque su pasatiempo favorito sea adentrarse en los sentimientos de otros. Sus propias reacciones y motivos son complejos, y él tratará de que lo sigan siendo, por el solo placer de embaucarte a vos. Sus intereses están dispersos por todas partes y por eso su amor para con la gente es tan impersonal: él asigna un valor a cada una de las personas que conoce, en tanto que el resto de nosotros reserva ese esfuerzo únicamente para la gente que representa algo muy especial en su vida. La mujer que quiera terminar atrapándolo tiene que empezar por seducirlo; cuando una mujer lo ignore, o no haga caso de su opinión, se le abrirán un poco más los ojos y pondrá una expresión alerta. Los hombres de Acuario pueden exhibir una gentileza y docilidad conmovedoras, pero será mejor que te ates en el dedo una cinta de color rojo flúo, para no olvidar que esa superficie serena es un espejismo. Él está tan lleno de sorpresas interesantes que no tendrás necesidad de novelas de la tarde, revistas para mujeres y charlas con amigas para mantener en actividad tu mente y tus emociones. De hecho, tal vez no te quede lugar para más actividad que él. Siempre podés ponerte al día con los chimentos  femeninos cuando él se sumerja en algún nuevo proyecto y se olvide un poco de lo que vos estás haciendo. Pero no dejes de estar presente cuando le duela un dedo, porque Acuario puede ser un auténtico “dolor de…”  cuando se siente abandonado.
 
El Hombre de Piscis. El hombre Piscis no es débil; no todos ellos son inactivos soñadores. Pero… Son muchos los Piscianos que no pueden enterrar sus viejos sueños para descubrir ideas nuevas que los lleven al éxito. Sin embargo, viven muy satisfechos ya que lo único que necesitan es ese sueño, por más que ya estén grandes para convertirse en esa estrella de rock que alimentó sus sueños de adolescencia. Con este tipo de hombre no hay más que una forma de salir adelante: tu herencia debe ser importante. Aunque también hay otra: tener dos trabajos, uno para vos y otro para él, y que vos trabajes en los dos como una enajenada. Y con esto no digo que no vayas a ser feliz en los momentos románticos. Romanticismo es, precisamente, lo que jamás le faltará a ningún Piscis que haya nacido en este mundo. Es casi el aire que respira. Lo que pasa es que no sirve para sustituir 1 kilo de milanesas,  ni los pañales del bebé, ni tu salud mental. El hombre de  Piscis suele necesitar largos períodos de descanso. Su alma debe estar sola, a veces, para que pueda dejarse inundar por aguas vivificadoras que curen las heridas de todos esos problemas que carga a través de los demás. En el corazón del hombre de  Piscis la esperanza fluye eternamente. No la frustres, si la cultivás con ternura puede inundarte de amor a manos llenas.

 

 
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El Kamasutra del Zodíaco





A la hora del amor, todos tenemos nuestras preferencias entre las sábanas. Y los planetas tienen mucho que ver en esta elección: una guía de las posturas sexuales preferidas de cada signo.


Del clásico “misionero” a una previa interminable. Adoradores del sexo oral o fanáticos del riesgo a la hora de hacer el amor. Rápidos e impetuosos o amantes a fuego lento. Apasionados o indiferentes... A la hora del sexo, todos tenemos nuestro estilo y nuestros gustos particulares. Y el zodíaco mucho tiene que ver en esta elección. Signo por signo, el Kamasutra del amor.
Aries.  Dominantes por naturaleza, les encanta tomar la iniciativa y manejar el juego entre las sábanas. Para el hombre Aries, hacerle el amor a una mujer en la postura del perrito, es una experiencia inigualable; para la mujer, no hay nada como sentarse arriba y balancearse sobre su pareja.  

Tauro. Sensuales y tranquilos, los nacidos bajo este signo son amantes de la previa y de la seducción interminable. La frase “calidad más que cantidad” los describe de manera perfecta. ¿Ellos? Prefieren la comodidad de recostarse casi sentados sobre las almohadas con su pareja encima. Las taurinas, por su parte, luego de infinitas caricias, se inclinan por las posturas clásicas.

Géminis. Extremadamente fantasiosos, los excita probar cosas nuevas y divertidas: los juguetes y accesorios son sus compañeros ideales. Intensos, la postura más placentera para el hombre Géminis es recostado con las piernas extendidas y la mujer de espaldas a él con las piernas en flexión en paralelo a su torso. A las geminianas  también les gusta esta postura. ¿El secreto? Que los movimientos sean mínimos e intensos para poder llegar al clímax con pasión.   
Cáncer.  Románticos y tradicionales, no son grandes innovadores a la hora de la pasión. Las cancerianas prefieren dejarse amar y ser “dominadas” por sus compañeros. Ellos, por su parte, eligen la lenta intensidad. Del Kamasutra, la postura que más les gusta es la de “la serpiente”: acostado sobre la mujer que, durante el acto, lo abraza con sus piernas por detrás de la espalda.

Leo. Protagonistas centrales de la intimidad, sus ansias de hacerse notar también se imponen en la cama. Hedonistas y estrellas absolutas de la relación, se inclinan –sin prejuicios- por el fetichismo y el placer sin límites: filmarse, mirarse y lucirse los excita de sobremanera. Y si el lugar no es el dormitorio, mejor. ¿La posición? Las mujeres prefieren arriba; los hombres, con su pareja en cuatro patas. 
    
Virgo. Como los cancerianos, son los clásicos del Zodíaco. No se fascinan con perfumes, sabores afrodisíacos o extras que sumen excitación: prefieren lo sencillo y natural. Tanto los hombres como las mujeres del signo son los más fanáticos de la postura del misionero.

Libra. Sensuales, curiosos e imaginativos, ellos necesitan –además de sexo- mucho amor. Librianos y librianas buscan todo el romance posible y tratan de encontrarlo en todas sus relaciones. Para ellos, más allá de una postura, lo que importa es el entorno: fragancias, velas y lencería aportan el toque perfecto.  

Escorpio. Súper salvajes, tienen la líbido siempre a tope y disfrutan al máximo de cada encuentro sexual. No tienen sólo una posición adecuada, la postura perfecta para los nativos de este signo es la que los desafía y les hace sentir orgasmos interminables.

Sagitario. Místicos y apasionados, los sagitarianos adoran leer sobre sexo y darle, a sus relaciones, un toque sofisticado y exótico. Una buena posición (tanto para los hombres como para las mujeres del signo) es en la que ambos se arrodillan enfrentados: ella con las piernas separadas, él con las piernas juntas para así, siempre abrazados, alcanzar el clímax pausada y rítmicamente.

Capricornio. Prácticos y efectivos hasta en el momento del amor, a los nacidos bajo este signo no les gusta perder tiempo. Para ellos, los juegos sexuales son un exceso y, casi como un trámite, las relaciones se viven como algo rápido y fugaz. Para los hombres, una buena posición sería sentados con su pareja sobre ellos dándoles la espalda; para las capricornianas, lo ideal es acostadas boca arriba con las piernas levantadas.
Acuario. Sexys e imaginativos, hacen del erotismo un culto. Todo lo que existe puede ser usado para el placer y disfrutado en la intimidad de la pareja. Él de pie y ella rodeándole la cadera con las piernas mientras la sostiene por la cintura es la postura perfecta para el acuariano; arriba de su pareja, es la favorita de las mujeres del signo.

Piscis. Los pececitos del zodíaco son románticos, imaginativos y muy apasionados. Trabajadores incansables en el momento del amor, los juegos de seducción previos son fundamentales (e imprescindibles) a la hora de gozar. Sin reparos ni vergüenzas, todo es válido entre las sábanas de los piscianos: disfraces, juguetes y accesorios hacen su aporte inevitable al placer. Puestos a elegir, el sexo oral mutuo es el estímulo preferido por ambos.

¿De acuerdo a tu signo, cuál es la posición que más te gusta?  


 
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Mujer y sexualidad:

¿Existe una estimulación

adecuada?






Durante siglos, el placer femenino estuvo arrinconado, silenciado, ignorado. Hoy, legitimado socialmente y hasta amparado por la ley de educación sexual, busca destino. La licenciada Diana Resnicoff nos habla de las diferencias fisiológicas y psico-emocionales del hombre y la mujer y comparte consejos para reencontrarnos con nuestro cuerpo y disfrutarlo.

Cada tanto surgen controversias sobre lo que las mujeres "deben sentir" o "dejar de sentir". ¿Existe algún punto mágico aún no descubierto que provoque placer? ¿Es posible desarrollar mayor sensibilidad vaginal? ¿Es lícito que algunas mujeres prefieran recibir caricias a ser penetradas?
Vale la pena preguntarnos si la sexualidad masculina es también sometida a tantas preguntas. Y respondernos: no, en absoluto. La calidad del orgasmo de un hombre no se cuestiona. Con la mujer, en cambio, los diferentes medios de comunicación, al igual que ciertos libros, insisten en calificar, cuantificar, criticar y hasta proscribir lo que las mujeres sienten. Y, en tanto, las mujeres, preocupadas por demás en cumplir o adherir a lo “normal”, dejan de lado o estigmatizan sus propios ritmos, sensaciones y tiempos.

Hombre, mujer, dos mundos

Una condición previa necesaria para iniciar cualquier actividad sexual es la excitación que aparece en una mujer cuando se siente sexualmente atraída. Los tipos de caricia –suave, áspera, cosquilleante, incitante- y las zonas que responden y provocan la atracción son variados y diferentes en cada mujer y en diferentes momentos de la vida.
Caricias, besos, miradas, mimos y un contacto corporal directo nos excitan sexualmente. También pueden despertarnos sensaciones eróticas, las fantasías, el recuerdo de ciertas imágenes placenteras de otros momentos vividos o de alguna lectura o película... Casi siempre, son varios factores los que se combinan para encendernos.
La presencia de un hombre, su comportamiento, o quizá rozar sus manos son puntos “disparadores” de esas imágenes placenteras, casi siempre tan fugaces que las mujeres dicen no recordarlas. Directamente se manifiestan atraídas, excitadas eróticamente y deseosas de mantener una relación sexual.
Una de las diferencias fundamentales entre el varón y la mujer es que mientras el primero se excita principalmente con estímulos visuales, la mujer requiere esencialmente de los táctiles. Además, la mujer suele excitarse más lentamente que el hombre. De hecho, el estado de excitación se intensifica cuando, en una atmósfera de intimidad, los cuerpos se rozan o se estimulan ciertas zonas muy sensibles. No siempre sucede con los cuerpos desnudos, a pesar que el contacto “piel a piel” proporciona estímulos directos y muy fuertes.
Hay numerosas mujeres, y también hombres, que necesitan un prolongado tiempo de excitación estando vestidos o con un poco menos de ropa, pero no desnudos totalmente. Desvestirse rápidamente por suponer que ello incrementará al máximo la excitación sexual no siempre es efectivo.
Casi todas las mujeres necesitan este período previo de excitación durante el cual se dan la mayor parte de los juegos amorosos. Para poder disponerse a gozar plenamente de las sensaciones eróticas, se debe estar seguro de no ser interrumpido, espiado, distraído. Las mujeres necesitamos estar relajadas lo más que podamos. 

La etapa de excitación, clave en la fisiología de la respuesta sexual femenina

La etapa de excitación es un momento clave porque durante la misma se producen todos los cambios fisiológicos previos al orgasmo. Nuestras estructuras sexuales se expanden y se congestionan más que las masculinas; la única diferencia en esta etapa es que la erección del hombre ocurre fuera del cuerpo y, en consecuencia, es visible; la nuestra, en cambio, sucede bajo los labios vaginales.
En la mujer esta etapa se caracteriza por la aparición de un exudado más o menos espeso en las paredes vaginales, capaz de lubricarla y facilitar así la posible penetración. Esta sensación de humedad suele ser agradable y es acompañada de una suave relajación de los músculos que rodean la entrada vaginal. Es una señal específica de estar respondiendo en forma efectiva a los estímulos eróticos.

Simultáneamente, se produce la erección de los pezones, la dilatación de las areolas, el aumento del clítoris; los labios mayores se apartan del orificio vaginal y los menores aumentan de tamaño. El tercio externo de la vagina se llena cada vez más de sangre, aumenta la lubricación vaginal y se congestiona de manera tal que reduce su diámetro en casi un 30%; sus paredes, congestionadas, constituyen la plataforma orgásmica, cuya existencia es señal de orgasmo inminente.
Se trata de un período de intenso goce durante el cual su cavidad pélvica se llena de toda la sangre necesaria para alcanzar luego un orgasmo satisfactorio. Hacia el final de la fase, se producen contracciones uterinas y la retracción del clítoris, que se esconde dentro del prepucio.
Si la estimulación deja de ser placentera, la excitación desciende y desaparece. A veces, un dolor mínimo, una palabra fuera de lugar, una caricia brusca, nos saca totalmente de clima, debiendo transcurrir un cierto período para que la respuesta placentera vuelva a aparecer. Y esto es así por razones fisiológicas, porque somos diferentes a los hombres, que pueden permanecer excitados aunque la estimulación manual cese.
La penetración debe intentarse cuando la mujer alcanza límites muy altos de excitación, cuando su vagina está lubricada y dilatada. De lo contrario, puede llegar a ser dolorosa, decreciendo su interés sexual.
Todos estos fenómenos suceden por auto estimulación o por estimulación manual u oral del compañero. Una característica importante de la excitación femenina es la necesidad de recibir estimulación continua, incluso durante el orgasmo, para lo cual sólo nosotras podemos saber qué necesitamos. Nuestro cuerpo es la guía infalible y nosotras somos “las expertas” del mismo. Por eso es necesario que seamos nosotras quienes informemos a nuestra pareja, verbal u oralmente, qué cosas nos gustan y cuáles nos disgustan.
Pensemos que la gran mayoría de los hombres no están informados sobre cómo son los genitales femeninos; más aún, la gran mayoría nunca los vio. Un buen punto de partida podría ser describirle tus genitales, explicándole la sensibilidad de las diferentes estructuras. No hay que olvidar indicarles cuáles son tus zonas más sensibles, incluso guiando su mano con la tuya para que de este modo sepa cómo te gusta exactamente ser acariciada y qué grado de presión preferís. Así, de modo tranquilo y jugando, tu pareja aprenderá un montón de cosas sobre tus necesidades. Y ambos la pasarán genial.
Preparación de ambiente

 romántico...


Me he propuesto preparar un ambiente romántico …..
 
Y buscando las claves del ambiente perfecto, he decidido, por qué no, hacer un recopilatorio y compartirlo con todos vosotr@s.



La primera y única clave es que la preparación de un ambiente idóneo conlleva considerar cada uno de los cinco sentidos.


LA VISTA

Lo principal es que te guste lo que ves. Preparar una habitación que provoque un impacto visual excitante es  imprescindible. Además no debemos descuidar nuestra propia estética! Que nuestra pareja ya nos haya elegido no significa que podamos descuidar nuestro físico. Se trata de embellecer para sorprender.

* Utiliza velas para mantener una luz suave y tenue. Además, ¿quien dice que las velas no acaben conviertiéndose en parte del juego?

* Decora el dormitorio con pétalos de rosa, flores exoticas, sabanas blancas... Rezuma romanticismo.

  


* Elige una prenda de lencería, elegante, atrevida, sensual y que además no sea necesario retirar durante la relación, como los cubrepezones o tangas de doble tira. Embellecerá tu cuerpo y sorprenderás a tu pareja.


EL OLFATO

El olfato es el sentido que puede evocar recuerdos con más fuerza. Es esencial  crear un aroma apropiado en los encuentros románticos. Más que una cuestión de higiene (indiscutible) es una cuestión de olores.

* Utiliza inciensos, velas aromáticas, perfumes de sábanas... Existe una gran variedad de formatos para aromatizar tus encuentros con olores especialmente afrodisíacos.






* Prepara un baño caliente, que no solo eliminará cualquier mal olor sino que además ayuda a relajar tu cuerpo. Aromatiza ese agua caliente con rosas de jabón o baños de té.




EL OIDO

Siempre se ha dicho que la música amansa a las fieras pero, también es cierto que la música puede despertar tus instintos más sexuales.

* Elige una música suave y que ayude a relajarte. Por supuesto que os guste y sobre todo que no os distraiga.

* Desconecta los teléfonos, prohibidas las interrupciones.

* Las palabras, sonidos o gemidos que emitas son un indicativo de que estas disfrutando, procura complacer a tu pareja. Regala los oídos.






EL GUSTO

Saborear a nuestra pareja es algo más que una frase hecha. Hay sabores directamente relacionados con el placer, el chocolate, la canela, las fresas, el champan... Utilízalos para conquistar el corazón de tu pareja después de una cena romántica.

 

 

* Prueba los bombones afrodisíacos o cualquier otro alimento con estas propiedades, comenzarás un viaje de fantasía y diversión sin billete de vuelta.

* Utiliza lubricantes lubricantes de sabores para que el sexo oral se convierta en una delicia.

* Decora cada parte de tu cuerpo con distintos sabores agradables, utiliza chocolate para bodypainting, polvos de miel de sabores, aceites sensuales con aromas... Conviértete en un verdadero bombón.



EL TACTO

Cuando conseguimos estimular los otros cuatro sentidos, las caricias elevan a la enésima potencia. Todo está listo para empezar a tocar.

* Procura que tus manos estén suaves y sedosas. Utiliza aceites específicos para conseguir un tacto seda.

* Los masajes activan la circulación y relajan la musculatura. Utiliza aceites y cremas de masaje para despertar la piel de tu pareja y potenciar sus sensaciones.

* El tener los ojos vendados hará que tus terminales nerviosos se activen al máximo y sentirás las caricias como nunca antes las habías sentido. Utiliza un antifaz o un simple pañuelo para vendar tus ojos.

* Complementa tus caricias con el tacto de una pluma.

* Utiliza los vibradores como masajeadores para conseguir sensaciones extremas en tus zonas erógenas.


 


 






Y cómo no, disfruta de todo ello a tu gusto! Recuerda que lo importante es usar la imaginación para sorprender a tu pareja, sin descuidar por supuesto ninguno de los cinco sentidos.

Ahora que ya tenemos todos las claves!!! Podemos afrontar las largas y frías tardes de invierno desde otra perspectiva, jeje. Yo voy a ponerlo en practica esta misma tarde. Y tú?

Las ventajas de la sandía:

Una nueva Viagra natural







La sandía contiene principalmente en la corteza un ácido que no es producido por el cuerpo humano y que permite que los vasos sanguíneos se abran.
Logrando así una mejor circulación, lo cual ayudaría a prevenir la impotencia en personas mayores, o bien actuar como un Viagra natural.
Además, si bien la sandía está compuesta en un 92% de agua, en el restante 8% posee vitaminas y minerales que son muy beneficiosos para nuestro organismo.
La vitamina A, vitamina B6 y vitamina C se encuentran en grandes concentraciones en la sandía, lo cual es suficiente para recomendar su consumo (además de que es muy sabrosa, claro está).
De esta manera, ahora que el verano está próximo es una buena oportunidad para consumir sandía, y desde luego que para aprovechar sus beneficios, ustedes me entienden ;)
Con la llegada del calor todo se dispara, para bajar un poco las temperaturas, te recomendados que acudas a franquicias muy fresquitas como Yoyogurt, que te ofrece un rico y fresco helado de yogurt. 
    La posición del misionero



Las encuestas la ubican como la pose obligada, la más conservadora, la del inicio. Es la pose “moral” por excelencia, no sólo por el nombre, sino porque permite el encuentro cara a cara, el beso intenso (o desabrido) y  la entrega sexual más “humana”. Los detalles de un clásico de la cama y consejos para gozar al máximo.  
Ya lo dijimos. Es la tradicional, la básica, la que ubica a las “otras” que compiten por los primeros lugares (“la del perrito o pompeyana” y “el 69”) en la categoría de “formas animales”, más primitivas y dignas de trogloditas desaforados.
Dicen que lleva el nombre de “misionero” porque los religiosos que llegaron a América para cristianizarla se encontraron con indígenas que hacían el amor “como animales”, reproduciendo la clásica pose “en cuatro patas”. De ahí su nombre de “misionero”, de ahí también la impronta decorosa, moralizante, condición necesaria para la procreación como objetivo único de toda relación y, por qué no, marcar a fuego los roles obligados: el hombre activo y dominante, la mujer pasiva y sumisa.

Rompiendo mitos

Considerándola como una forma de encuentro sexual, despojada de toda connotación, la posición del misionero tiene con qué defenderse. Por supuesto, como a todas las cosas “hay que ponerle onda”, sino puede convertirse en la más aburrida e irritante. Y no vale fingir.
En la pose del misionero la mujer está abajo con las piernas entre abiertas y el hombre se vuelca sobre ella, manteniendo cierta distancia para no volcar todo el peso, quedando cara a cara. La posición le da más libertad en los movimientos al hombre, de ahí que muchas mujeres se pregunten: ¿y yo qué hago? A no frustrarse, hay variantes:
-Ante todo, se deben disponer los cuerpos de manera activa. De nada sirve generar variantes con cuerpos pasivos, sin energía. Hay que buscar, proponer, buscar el encastre placentero. Hay que hacer hablar a los cuerpos. El movimiento es sabio.
-Colocar una almohada en la zona lumbar permite tener más movimiento y no sentir que te hundís en la cama o en el sitio que elijas para hacer el amor.
-Mover las caderas hacia arriba o abajo, o bien hacer movimientos de rotación, apretando el pene con las contracciones vaginales.
-Podés jugar con las piernas extendiéndolas, haciendo presión en el pene, o bien alternar con movimientos de extensión y flexión.
-Si preferís el contacto cercano cara a cara, los besos o el susurrarle en los oídos puede ser muy excitante.
-En otros casos la presencia tan cercana del otro, el sudor, el calor que exhalan los cuerpos, puede ser un factor que molesta. Ustedes sabrán cómo ubicarse para logar comodidad y más placer.
La posición del misionero precede a las demás. Cuando comienza el juego amoroso, con vistas a un encuentro erótico, los cuerpos se disponen casi espontáneamente buscando esa posición. Es una manera inconsciente de decir “somos humanos, nos miramos, nos descubrimos, nos queremos, nos elegimos, nos calentamos”. Después vienen las demás. No se olviden: hay que variar. Todas las posiciones tienen sus virtudes, algunas favorecen más a los hombres (el misionero), otras a las mujeres (la mujer arriba), y otras son más democráticas (el 69). En fin, hay que buscar, probar, cambiar, y por sobre todas las cosas, disfrutar. 

Dr. Walter Ghedin. Médico Psiquiatra y sexólogo

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